jueves, 28 de septiembre de 2017

Muro de la Cascada. D. 300 m. Circo de Gavarnié 4 de agosto de 2017


Si hay una vía clásica entre las clásicas, sin duda ésta lo es. No sólo porque fue abierta hace 120 años por ilustres pirineistas como Celestine Passet, sino por el audaz y curioso itinerario y el inigualable entorno del Circo de Gavarníe y el mayor salto de agua de Europa.
Esta vía, se encuentra incluida, con todo merecimiento en el legendario Libro de Patrice de Bellefón, que muchos conservamos desde adolescentes,  soñando siempre con la idea de realizar algunas de sus bellas y recias propuestas.  Muchas de ellas se han ido materializando a la realidad, a lo largo del tiempo. Y algunas, están hoy día de actualidad, como la Ravier Este de Gourette. Otras han caído en el olvido y su ejecución exige altas dosis de reciedumbre, para las que no hay respuesta a la típica pregunta “¿De qué sale?”...
Esto se puede aplicar a esta vía. El grado no es un parámetro válido. No es una variable a tener en cuenta. Y sí, la dificultad de encontrar el itinerario correcto, que, a veces puede no ser el más evidente o el más lógico, sino el que no te conduzca a un apurado embarque, en forma de muro musgoso mojado o cascada infranqueable.
Y es que hay tramos que son verdaderamente perdedizos, en los que tan sólo vale aplicar la  paciencia, visión clásica y lectura de la pared. A veces descender unos metros, tantear una línea… o descubrir una reunión o un clavo junto a ti, que ni has visto porque ya forman parte de la pared.
Así, con todo, la referencia es siempre una pequeña cascada, en comparación con las otras, que hay que franquear y que hace abrir los ojos como un búho hasta al escalador más pintado, cuando comprueba que hay que pasar, pisando prácticamente charcos entre las presas.  Y… no se pasa andando. Hay que "escalar" un poquito, con delicadeza, porque la travesía, además de muy mojada, por abajo y por arribba no tiene ningún seguro hasta bien superadas las “dificultades”.
El trazado marcado y las reuniones, son un poco aproximadas. Algunas reuniones las montamos nosotros y otras las encontramos, algunas de ellas muy buenas, si consideramos la total limpieza del resto de la pared, salvo algún histórico y herrumbroso clavo, oculto entre el musgo, que no me extrañaria que fueran del mismísimo Passet.

Ya la llegada y estancia en Gavarnié, en el albergue Oxigen, resulta impresionante y relajante.
Sobre todo el atardecer y el paso de la luna nocturna sobre los Astazu, Marbore...

Por la mañana, nos ponemos en marcha hacía el Circo. Un bonito paseo.
 



Y tras superar la penosa y última pedrera, al pie del nevero iniciamos la aventura
 El primer largo, sencillo, corto, seco. Y llegamos a una reunión de bolts, que no será de la vía.
 Eso sí. sin meter prácticamente nada. Pero es que no sabes cuando vas a encontrar lio o reunión.
Continuamos, sin muchos problemas, apareciendo ya algo más de "humedad"
Y... un patio considerable, con la omnipresente presencia de la Gran Cascada.
 

Y de los diminutos ácaros que se acercan a visitarla, vistos aquí con el microscopio del zoom.
 El tramo más complicado de vislumbrar es una zona oscura y húmeda antes de la chimenea.
 Y aunque creemos que ya hemos casi llegado a la parte superior...

Aún nos falta lo más "interesante"....
 Y es que hay que pasar, todavía, bajo la ducha de la Cascada, que da nombre a ésta Vía.
 Desde aquí nos parece que vamos a resbalar como peces al patio, pero fijo.
 Así que... allá vamos... Con calma, se va pasando.
  Tras momentos "interesantes" de travesía acuosa...pasa también mi compañera...
Y tras un último largo. Por fin,, ya salimos a las terrazas superiores.
 Donde el Circo de Gavarnie aún nos muestra su inmensidad,  hasta las cimas de los Tresmiles. Buscamos intuitivamente salida por la "horizontal" hasta encontrar huellas del sendero

 Que nos llevará a las Escaleras de Serradets

No sin antes echar el útimo vistazo al Circo, el Muro por donde discurre la vía y los 422 m de la Gran Cascada.
 
 Destrepe sencillo, por el sendero de Serradets, aunque con tramos de no descuidarse.
 La niebla va da dando el toque pirenáico a la jornada.
 Como dije al principio. Vía clásica donde las haya y entorno salvaje sin igual.
Me encanta que los planes salgan bien. 

viernes, 4 de noviembre de 2016

Orpierre. Pared de Adrech y Aslec y Vogage al Quiquillón. Agosto de 2016

Orpierre es un pueblo dedicado y preparado para pasar unos días, escalando vías perfectamente equipadas, algunas más que otras, con aproximaciones y descensos increíblemente organizados y señalizados, y todo ello en un entorno muy ameno y agradable.
Resulta ideal, como por ejemplo hicimos nosotros,  para escalar de retorno desde Los Ecrins, cuando la meteo por arriba se chafa, que suele coincidir con buen tiempo en ésta zona más cálida.

Todo comenzó en 1983, con apoyo y subvención municipal, para revitalizar el pueblo, muerto hasta entonces. Y el éxito no pudo ser mayor. Deberían tomar ejemplo en otros lugares en España.
El Espolón Oeste de la Peña o Aguja del Quiquillón, domina el nucleo rural como un castillo medieval, llamándote a escalarlo desde el primer momento que lo ves.
Pero el primer día, fresquito a pesar de ser agosto, decidimos probar en las Paredes de Adrech y Ascles.
Hay vías adyacentes a la combinación elegida. Más o menos de la misma dificultad.
Las vías se hacen rápidamente. Placas larguísimas. Bien equipadas.  Cuatro largos en cada Pared.
 Tras cuatro largos, un curioso rapell, nos deja en el sendero de descenso y ascenso al Ascles.
En Ascles, entramos por una típica vía, pero sin hacer la clásica travesía, sino que continuamos recto.
 Por un murito, muy bien equipado, que ya nos pareció un poquito peleoncillo, pero precioso.
 La  curiosa salida de la Pared, nos deja en una cumbre de arista desde la que resulta sencillo bajar.
  "Andando" hasta el sendero anterior y al aparcamiento por donde hemos subido.
El segundo día, ya de más calor, nos decantamos por la Vía Voyage al Risco del Quiquillón. 160 m de 6a/6a+.  Toda la mañana a la sombra  y equipamiento aceptable, aunque no tan superabundante ni próximo, como en otros sectores de la Escuela, por lo que conviene subir con algunas piezas de diferentes tamaños. Pasaje de bavaresa técnico y atlético.
El caso es que todo el mundo brama como un búfalo en esta secuencia, y en distintos idiomas ya que la vía es muy popular y concurrida, sobre todo por la sombra.
Y sin discriminación de sexo.  Se nota que estamos en el Pais de la "Igualité"
En resumen una vía muy agradable pero con carácter y ambiente.
Superado el cuarto largo por la visible fisura (6a) un rapell nos deja en la Terraza Jardín.
Si vas con cuerda de 70 m. al anclarte en la pared y soltar la cuerda,  podrías perderla... Muy justito
Con dos de 60 m. parece que se llega al suelo con el chicleo, pero nosotros preferímos hacer dos rapeles y evitar sustos, porque al tirarlas se veía claramente que faltaban unos metros. Y el final es bastante desplomadillo y cortado.
  La graduación propuesta, como siempre, es orientativa y sin ánimo de polémica.
Existe una Guía, cuya última edición prácticamente salió a la venta al marcharnos de allí en agosto, y se puede adquirir en tiendas, oficina de turismo y por Internet, pero más cara. Está en tres idiomas, ninguno Español.

Y tras concluir con las escaladas, cervecitas con la famosas pizzas de leña...
Y un paseo por el pueblo. ¿Quíén da más?
En resumen una zona increible, para disfrutar, muy famosa en Francia, pero prácticamente desconocida por una buena parte de los escaladores españoles. Lástima que quede tan lejos... Pero .... Volveremos...